El incremento
de asignaturas teóricas al sistema educativo y la tremenda cantidad de tiempo que
absorbe para el desarrollo de las mismas, ha enterrado la forma más natural en
que aprenden las personas y sobre todo los niños: la diversión.
La diversión,
en el entorno escolar, es vista como aquella actividad que provoca placer y aprendizaje
lúdico al realizarla. Me gusta mucho la definición que Sir Ken Robinson proporciona
en su libro Escuelas Creativas sobre el juego, como sinónimo de diversión, y su
función: “el juego, en su múltiple faceta, desempeña un papel fundamental en
todas las etapas de la vida y especialmente en el desarrollo físico, social, emocional
e intelectual infantil”.
Nuestras escuelas
tratan el juego o la diversión como algo carente de sentido y muchas llegan al
punto de colocar carteles donde se les prohíbe a los niños jugar dentro del
centro escolar. Una verdadera pena. No deje su niño en esos lugares.
Esta no es
la única diversión que han eliminado los creadores de políticas educativas, también
se han llevado del escenario: el teatro, la música, los deportes, entre otras
actividades que desempeña un papel fundamental en el desarrollo de la persona. Como
recompensa, tenemos jornada escolar más larga y menos lúdicas, violación a la
privacidad familiar ya que ahora se mandan más tareas a la casa tornando esos pequeños
momentos de compartir con los niños en momentos de estrés y que decir de la reducción
del recreo que apenas da tiempo para ir al baño.
Recuerdo con
nostalgia una de las actividades más divertida de nuestro liceo: la hora club. En
ese espacio todos éramos libres para elegir una actividad de nuestro interés como:
deporte, cocina, bordado, teatro, baile, ajedrez, ciencia, lectura, entre otras
muchas actividades. Una hora de mucho aprendizaje. Y aunque parezca
sorprendente, para los creadores de políticas educativas, el ausentismo en la
escuela era casi nulo. Todos preferíamos estar en la escuela. Los Secretarios
de Educación no tenían que hacer llamado ni comerciales para que los
estudiantes se presentaran a las escuelas luego de unas vacaciones.
Si queremos
que nuestros estudiantes regresen a las escuelas con pasión y permanezcan en
ella, debemos regresarles la diversión. Que nuestras escuelas sean espacio de
aprendizaje divertido nuevamente.
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