¿Por qué soy docente?

Las preguntas que muchas personas me hacen: ¿Por qué realizo la labor de profesor? ¿Por qué si soy un educador cuestiono con bastante frecuencia el sistema educativo? ¿Por qué no presento propuestas?  

En esta primera intervención voy a dar respuesta a la primera pregunta. He aquí por qué lo hago: No hay otro trabajo que me apasione más que este y que a la vez me proporciona tanta satisfacción. Ver como provocar cambios de conductas en las personas y proporcionarle una herramienta que le pueda ser útil en su desarrollo como persona.

Si bien es cierto que no vemos los frutos de nuestro trabajo inmediato, cada día es una experiencia única.

La educación es un medio que le permite a la persona empoderarse y disfrutar de su conocimiento. También, permitir que otros se beneficien de ese conocimiento.

Le da al individuo herramientas para que pueda establecer objetivos que le permitan alcanzar sus metas. No andar por el mundo resolviendo problemas abstractos, sino problemas concretos. Luchando con un fin en mente, un fin medible y alcanzable.

Eso es lo que soy, un educador y es lo único que se hacer. Por eso lucho por ella. Por su libertad. Para que mañana nuestros ciudadanos, que hoy son nuestros participantes, comprendan que los cambios se producen cuando tenemos objetivos y una meta que alcanzar. Con pensamiento crítico.

Cuando la escuela era un espacio divertido, nadie faltaba.

El incremento de asignaturas teóricas al sistema educativo y la tremenda cantidad de tiempo que absorbe para el desarrollo de las mismas, ha enterrado la forma más natural en que aprenden las personas y sobre todo los niños: la diversión.

La diversión, en el entorno escolar, es vista como aquella actividad que provoca placer y aprendizaje lúdico al realizarla. Me gusta mucho la definición que Sir Ken Robinson proporciona en su libro Escuelas Creativas sobre el juego, como sinónimo de diversión, y su función: “el juego, en su múltiple faceta, desempeña un papel fundamental en todas las etapas de la vida y especialmente en el desarrollo físico, social, emocional e intelectual infantil”.

Nuestras escuelas tratan el juego o la diversión como algo carente de sentido y muchas llegan al punto de colocar carteles donde se les prohíbe a los niños jugar dentro del centro escolar. Una verdadera pena. No deje su niño en esos lugares.

Esta no es la única diversión que han eliminado los creadores de políticas educativas, también se han llevado del escenario: el teatro, la música, los deportes, entre otras actividades que desempeña un papel fundamental en el desarrollo de la persona. Como recompensa, tenemos jornada escolar más larga y menos lúdicas, violación a la privacidad familiar ya que ahora se mandan más tareas a la casa tornando esos pequeños momentos de compartir con los niños en momentos de estrés y que decir de la reducción del recreo que apenas da tiempo para ir al baño.

Recuerdo con nostalgia una de las actividades más divertida de nuestro liceo: la hora club. En ese espacio todos éramos libres para elegir una actividad de nuestro interés como: deporte, cocina, bordado, teatro, baile, ajedrez, ciencia, lectura, entre otras muchas actividades. Una hora de mucho aprendizaje. Y aunque parezca sorprendente, para los creadores de políticas educativas, el ausentismo en la escuela era casi nulo. Todos preferíamos estar en la escuela. Los Secretarios de Educación no tenían que hacer llamado ni comerciales para que los estudiantes se presentaran a las escuelas luego de unas vacaciones.

Si queremos que nuestros estudiantes regresen a las escuelas con pasión y permanezcan en ella, debemos regresarles la diversión. Que nuestras escuelas sean espacio de aprendizaje divertido nuevamente.  

Carlos Gardel: “veinte años no es nada” ¿Pero, qué de 36?

Antes de iniciar mi reflexión me gustaría compartir con ustedes la definición de revolución. Se define como: un cambio o transformación o una ruptura del orden establecido, que se puede producir simultáneamente en distintos ámbitos y por lo general es de corta duración.

Ahora sí. Traigo a colación esta palabra, revolución, ya que en las últimas semanas es la frase de moda de nuestras autoridades educativas para referirse a las mejoras que vienen incorporando al sistema educativo. Como este proceso “revolucionario” es nuevo, también es utilizado como escudo para defenderse del desempeño ineficaz mostrado. Como es nuevo, no podemos esperar que se produzcan cambios de hoy para mañana. Me gustaría que juntos le demos un vistazo a los antecedentes de los planes a corto y mediano plazos desarrollados en nuestro país para ser aplicados a nuestro sistema educativo y que en su momento también fueron llamados procesos revolucionarios de la educación.

1. En el año 1981, se elabora en el país un plan nacional enfocado en la escolarización de la población en edad escolar, la alfabetización, la educación de adultos y la calidad eficiencia del sistema educativo.
2. En el año 1989, se formula el plan educativo enfocado en el tipo requerida para la nueva educación dominicana.
3. En el año 1990, se produce la Conferencia Mundial Educación para Todos donde el país se compromete a implementar transformaciones en su sistema educativo.
4. En el año 1991, se redacta el documento Un Pacto por la Patria y el Futuro de la Educación Dominicana que desemboco en la formulación del Plan Decenal de Educación 1992-2002.
5. En el año 1997, se aprueba la Ley General de Educación 66-97 con un enfoque fresco que promueve la participación, la descentralización, la financiación y la calidad de la formación.
6. En el año 2000, se elabora el segundo documento de conceso nacional el cual se denominó Plan Estratégico de Desarrollo de la Educación Dominicana 2003-2012.
7. En el año 2005, se realiza el Foro por la Excelencia de la Educación Dominicana con el objetivo de crear un espacio de construcción de la educación que necesitamos como nación.
8. En el año 2014, se produce el Pacto Nacional para la Reforma Educativa en la Republica Dominicana 2014-2030 con el objetivo de lograr la excelencia del sistema educativo.

Como hemos visto, el proceso de la transformación o como le llaman “revolución” del sistema educativo no es nada nuevo. Es lo único que hemos hecho durante los últimos 36 años. Si no es un record, debemos estar muy cerca del mismo. No bien termina un proceso y ya tenemos el otro bajo la manga para presentarlo, y como es nuevo no podemos responsabilizarnos de los fracasos anteriores. De esta forma, lamentablemente, nunca podremos llegar a tener un sistema educativo eficaz. Un sistema educativo que responda a las necesidades de nuestra sociedad.

Pero, como Gardel expreso que veinte años no es nada quizás nuestras autoridades piensen que 36 años tampoco lo es. Mientras tanto seguiremos con una educación marchita, errante en la sombra viviendo con un dulce recuerdo llamado revolución.

La mochila creada por escribas y fariseos

"Porque cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero vosotros ni aun con un dedo las tocáis". Lc 11:46

Esto le respondió Jesús a los escribas y fariseos. Estos oprimían al pueblo con todo tipo de cargas legales, pero no le ayudaban en nada a llevar las obligaciones. Muchas de sus normas no se relacionaban con cuestiones carentes de importancia y esto evitaba que las personas tuvieran paz en su alma y en su relación con Dios.

Algo similar sucede hoy en día con nuestros niños en las escuelas. El sistema educativo le coloca tanta carga que realizan funciones semejantes a lo que hacían los escribas y fariseos, es decir, tenemos un sistema educativo escriba y fariseo. Les cuento: mi niña de apenas 7 años de edad, para el inicio del año escolar, le tuvimos que comprar una mochila con ruedas, para ser honesto, fue una maleta con ruedas. Para la comprar de esta no tomamos en cuenta la opinión de un experto, ni la salud de la niña, ni la moda, ni nada por el estilo. Lo que tomamos en cuenta fue la cantidad de asignaturas que en un día “normal” de clase, debería llevar al colegio.  Algo sorprendente. Gracias a Dios que existen las mochilas con ruedas.

Una etapa escolar que solo debe estar enfocada en la lectoescritura se ha convertido en algo sin sentido y carente de importancia. Podríamos decir que lo que sucede en este ciclo, y en todos los grados del sistema educativo, puede ser catalogado como una franca violación a los derechos de los niños: trabajo infantil mezclado con un poco de tortura.

Nos olvidamos de lo fundamental, la educación debe centrarse en crear las condiciones para que los alumnos quieran y puedan aprender. Con lo que necesitan, sin crear cargas innecesarias. Bajo las condiciones actuales es muy difícil obtener resultados eficaces. No porque coloquemos más asignaturas vamos a superar los sistemas educativos que en estos momentos impresionan al mundo.

Es el momento de darle a nuestros niños la cargas que ellos pueden llevar y aprender. No seamos hipócritas como los escribas y fariseos. Vamos a cooperar con el aprendizaje de nuestros niños. Vamos a trabajar para que ellos disfruten la escuela y estén en paz con ellos mismos. Sobre todo, que los niños puedan regresar a la escuela con una mochila normal.

Pruebas PISA: ¿Soy acaso un perro para que vengas a atacarme con palos?

Pruebas PISA: ¿Soy acaso un perro para que vengas a atacarme con palos?

Estas fueron las palabras de Goliat en su enfrentamiento contra El Rey David y me parece que esta fueron las mismas palabras empleadas por las pruebas PISA en su enfrentamiento con nuestros participantes.

Me gustaría compartir en esta oportunidad un punto o principio universal del proceso de evaluación que considero fue violado intencionalmente por nuestras autoridades educativas al momento de someter a nuestros participantes al Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos PISA: el principio de igualdad.

Me gusta mucho la imagen de la parte superior de este artículo. Es un reflejo fiel de este principio y habla por sí sola. Como dicen: una imagen vale más que mil palabras. Por favor no deje de observarla bien. Si observamos las carreras de autos, los promotores del evento se cercioran, previo a la actividad, que todos los vehículos tengan las mismas características. Pero, de igual forma los equipos de cada corredor previo a la carrera, con mucho tiempo antes, se certifican de contar con estas características. En el boxeo, los peleadores deben tener aproximadamente el mismo peso reglamentario para iniciar la lucha. Pero, de igual forma que en las carreras de autos, cada entrenador se garantiza, con bastante tiempo, que su luchador cuente con ese requisito. Estas reglas permiten que cada participante cuente con las mismas herramientas al momento de enfrentarse y no existan desigualdades. De este modo se respeta el principio de igualdad.

Las pruebas PISA se efectúan 100% en un ordenar. Quizás para muchos de los países participantes esto es algo normal y rutinario. Pero, se preguntó alguien del Ministerio de Educación cuanto de nuestros participantes estaban preparados para tomar evaluaciones por medio de un ordenar o cuántos de ellos manejaban operaciones básicas para operar esta herramienta. ¿Prepararon a nuestros participantes para esta modalidad? O pensaron que con la llamada asignatura “informática” que se imparte en nuestras escuelas ese punto estaba cubierto. Creo, que en esta oportunidad mandaron a los peces a subir el árbol.

Otro punto, son los niveles en que se realizan las evaluaciones. Las pruebas PISA vienen para ser trabajadas en los niveles 5 y 6. Nuestro sistema educativo esta diseñado para trabajar los niveles 1 y 2 de cualquier modelo de pensamiento superior. Para prueba un botón, fuimos el país número uno en estos niveles. Con 10 puntos por encima de nuestro competidor más cercano.  Pero no es para menos, con ese paquete de asignaturas que tienen nuestros participantes por curso y la cantidad de contenidos que tienen que trabajar nuestros docentes, apenas da el tiempo para llegar a los conceptos (nivel 1). Admiro aquellos profesores que llegan a trabajar temas de comprensión (nivel 2) con sus participantes. Realmente no se cómo le hacen.

Es decir, ni estábamos preparados para competir con las mismas herramientas ni con las mismas reglas.

Que nuestras autoridades educativas violaran el principio de igualdad fue un irrespeto. Nuestros participantes fueron con piedras y hondas a unas pruebas sin puntos débiles y no corrimos con igual suerte que El Rey David. Aunque esto no se trate de suerte.

Imagen tomada de internet: https://es.pinterest.com/pin/638948265852683273/

Tranquilos maestros, hoy son ustedes mañana serán...

Tranquilos maestros, hoy son ustedes mañana serán los conserjes, los padres u otro actor del proceso educativo, pero nunca los verdaderos responsables.

No bien se suministraron los resultados de las pruebas PISA y ya el culpable estaba identificado: los docentes. Durante las últimas semanas hemos visto, con mayor dureza claro, como se continúa socavando la moral de nuestros docentes.

Pero esto no es nada nuevo, recuerdo que durante la década de los 90 los culpables del desastre escolar eran los directores de centros educativos. Se inició todo un debate sobre el tema, los “expertos” proporcionaron las soluciones mágicas, se realizaron las reformas al sistema educativo para dar respuesta a esta debilidad del proceso educativo y mejorar la calidad de nuestros estudiantes. Se crearon departamentos para ayudar a la formación de nuestros directores y las universidades crearon carreras de grado y post-grado tendentes a formar un personal capaz de dirigir eficazmente un centro educativo. Pero como dicen mi abuelo, poco duraron mis alegrías. No bien se realizó el primer cambio administrativo y todas esas soluciones mágicas quedaron en el olvido y hoy contamos con el mismo personal directivo, las mismas cualificaciones, el mismo problema con nuestros participantes y sus calificaciones, con la diferencia de que en esta oportunidad no son los directores los culpables. Se roto la pelota, ahora son los docentes. Como dicen: cuando toca ser clavo, hay que aguantar los martillazos hasta que la cosas cambien.

Lo grave de este nuevo episodio es que se está maltratando la moral de nuestros docentes y eso puede ser muy peligroso, de hecho, es peligroso. Si el maestro, como cualquier profesional, pierde la confianza de sus competencias tendremos no solo que crear programas de formación, también tendremos que crear programas de ayuda emocional para levantar la autoestima de estos profesionales. Y en lo que el hacha va y viene seguirá el bajo rendimiento escolar en nuestros estudiantes.

Puede alguien por un segundo mirarse en el espejo de estos profesionales. Salir a las calles y ser el responsable absoluto de que los estudiantes no respondan a pruebas locales e internacionales, ser el responsable de la desgracia educativa. Una situación difícil. Nadie quiere verse en ese espejo.

Pero, como en todo país que cuenta con un sistema educativo caduco e instituciones rectoras poco responsables, que prefiere juzgar que autoevaluarse. Que prefiere condenar que admitir sus errores. Que prefiere socavar la moral de otros y no responsabilizarse y decir: nosotros somos los responsables. Continuaremos dando palos de ciego y buscando culpables.